FICHA DEL SENDERO LOS MOLINOS DE LAROYA (PR-A 366)
- Distancia: 8,8 km.
- Desnivel acumulado: 500 m.
- Duración: 4 horas.
- Mapa IGN: 1013-2 (Macael).
- Tipo de camino: Sendero y camino carretero
- Población más cercana: Laroya
- Dificultad: Media-alta.
- Información adicional:
Mapa | Track (en wikiloc) |
Álbum de fotos (Google Fotos) | Predicción del tiempo (Aemet) |
DESCRIPCIÓN DEL SENDERO LOS MOLINOS DE LAROYA (PR-A 366)
Desde la hermosa población de Laroya, este sendero nos permite adentrarnos en la sierra de los Filabres a través del estrecho y abrupto valle que ha formado el río Laroya, donde la vegetación es abundante y encontraremos viejos molinos y cortijadas.
Los antiguos caminos de herradura por los que caminaremos nos terminarán sacando del valle para elevarnos hasta el Cerro del Pintado, desde el que disfrutaremos de magníficas vistas de los Filabres, el valle del Almanzora y la hoya de Baza.
Punto de partida: Laroya
Para llegar a Laroya tendremos que llegar primero a Macael. Desde la capital, y en general desde cualquier punto del sur de la provincia, hay que tomar la carretera A-349 que desde Tabernas cruza de un lado a otro de la sierra de los Filabres. Desde el norte y levante hay que tomar la carretera A-334 que recorre el valle del Almanzora.
Ya en Macael tendremos que ir siguiendo las señales que nos marcan el camino a Laroya donde llegaremos tras unos 8 km de curvas de las carretera AL-6104.
Podremos dejar el coche nada más entrar en el pueblo en una pequeña explanada redonda, debido a que originalmente había una era. Veremos que hay un monumento a Cervantes, quien estuvo en la villa en 1564.
Tendremos que caminar hasta el punto de partida del sendero Los Molinos de Laroya (PR-A 366), que está en el otro extremo de Laroya, en la plaza de la Alameda San Ramón, a los pies de la iglesia. En la plaza se encuentra un monumento conmemorativo de los misteriosos fuegos espontáneos que ocurrieron en Laroya sin que se encontrara explicación alguna. A unos metros, está el panel informativo del sendero que vamos a recorrer.
Valle del río Laroya
Junto al panel informativo veremos la senda, por la base de un balate, que deberemos tomar. Este tramo inicial coincide con el corto sendero Piedra de la Encantada, por lo que es el que está más cuidado. Prácticamente llaneando, junto a una valla, recorremos la fértil vega de Laroya, creada gracias a los balates y paratas.
Es un tramo precioso, con espesa vegetación, árboles y plantas de todo tipo, muy cómodo ya que es llano. Vamos paralelos al río Laroya que ha creado este estrecho valle. Si miramos hacia atrás podemos contemplar una bella estampa de Laroya.
Al aumentar la inclinación de la loma sobre la que va el sendero, se reduce la espesura de la vegetación, lo que nos permite ver la corriente de agua del Río Laroya al fondo del valle, así como zonas más elevadas de la sierra de los Filabres.
Llegamos al molino de Juan García, situado junto a la Balsa del Común. Aquí el sendero se divide en sus dos variantes, hacia la izquierda está la variante «El Bosque» y hacia la derecha la opción «Los Molinos» que es la que tomaremos nosotros.
Antiguos caminos de pizarra y molinos
A partir de este cruce empezamos una subida por la Mesa de los Centenarios, que aunque no es muy larga sí es muy fuerte. Justo unos metros antes de llegar a un cortijo encontramos un cruce donde deberemos ir la izquierda. Cuidado porque la señal está confusa. Si seguimos recto, pasando junto al cortijo, volveremos a Laroya.
Empezamos a caminar por antiguo camino empedrado con piedra de pizarra. Aunque ya no sube con tanta fuerza sí que encontraremos tramos de revueltas de gran inclinación.
La senda deja de subir y mantiene el nivel hasta llegar a un cruce donde deberemos bajar hacia nuestra izquierda. Empezamos a bajar hacia el fondo del valle, hacia el cauce del río Laroya, lo que ocurre al encontrarnos las ruinas del molino Juan Parra. A partir de aquí el sendero se interna en una zona de espesa vegetación junto al río Laroya que al final terminamos cruzando.
Al llegar junto a una caseta encontramos un cruce en el que iremos a la izquierda, para empezar a subir, alejándonos del río. A los pocos metros pasamos junto a la casa rural molino de Laroya.
Seguimos ascendiendo por una zona ya con menos vegetación, lo cual, junto con la mayor altitud que vamos consiguiendo, nos permite tener una perspectiva «aérea» del valle, así como la loma de enfrente, con sus cultivos y cortijadas, destacando la de El Reul Alto, de mayor tamaño.
Ascendiendo entre encinas, almendros, retamas y otras especies, llegamos a un cruce con un camino carretero, donde iremos a la derecha para pasar junto a la era de los Rojas. Este camino nos llevará al collado Hondo.
Cerro del Pintado
Desde el collado Hondo tenemos unas preciosas vistas de zonas más elevadas de la cara norte de la sierra de los Filabres. En el collado Hondo deberemos girar a la izquierda, yendo por la cuerda de la loma.
Hacemos un ascenso por la cuerda para bajar a un collado y luego toca subir de nuevo por una fuerte pendiente hacia el Cerro del Pintado. Como el camino sigue por la divisoria, en alto y con una vegetación de matorrales, tenemos magníficas vistas 360 grados: Sierra de los Filabres, incluyendo la Tetica de Bacares, el valle del Almanzora y las canteras de mármol de la zona.
Seguimos por la cuerda hacia el Alto del Conjuro donde encontraremos un cruce donde debemos seguir recto y empezamos a descender.
Seguimos bajando, ahora hacia el Cerro Romero. El camino se va estrechando, haciéndose senda hasta que finalmente cruza por un cultivo de almendros donde desaparece. Cruzamos este cultivo para enlazar con un camino que tomaremos para ir hacia la izquierda.
En una curva ignoraremos el camino que sale hacia la derecha y seguiremos hacia una antena junto a la cual pasaremos. El camino hace unas revueltas rodeado de almendros y luego baja recto. Hay que tener cuidado de pasarse de largo una senda que, entre matorrales, baja a nuestra izquierda ya que por ella deberemos bajar.
Descenso hacia Laroya
Empezamos ahora un fuerte descenso hacia Laroya, población que vemos perfectamente. Hay que tener cuidado ya que en el algunos tramos el camino está en mal estado y hay zonas donde es fácil resbalar con la tierra suelta.
Nos acercamos a Laroya, hasta que podemos contemplar sus casas y la vega que la rodea. Dado la pendiente la ladera donde se asienta, destacan los balates gracias a los cuales se forman las paratas. En los balates resaltan los escalones que permiten desplazarse de un nivel a otro.
La vegetación es más espesa conforme nos acercamos al fondo del valle. Llegamos a un cruce con el sendero de la Piedra de la Encantada donde seguiremos bajando recto. A los pocos metros llegamos al Río Laroya que cruzaremos para iniciar una subida hasta Laroya.
Llegaremos una pista cementada, por la que debemos continuar subiendo a nuestra izquierda hasta llegar a la plaza donde iniciamos el sendero.
No olvides…
Antes de salir, lee detenidamente la explicación de esta web, descarga el track en tu móvil o GPS e imprime el mapa, aunque la ruta esté bien señalizada. Es también una buena idea, ver las fotos para saber qué te vas a encontrar. Y no olvides consultar predicción meteorológica.